Así lo resalta la Organización Mundial de la Salud (OMS), que explica que esta patología es más común en mujeres que en hombres y suele comenzar a manifestarse durante la infancia o la adolescencia.
Ante esta cifra tan elevada, es normal que muchas personas, cuando sienten algunas de sus señales típicas, se pregunten si la ansiedad se cura o se controla. Esta duda genera frustración y, a veces, desesperanza, especialmente en quienes han vivido episodios graves y/o recurrentes
A pesar de la disponibilidad de tratamientos eficaces, solo uno de cada cuatro usuarios con un trastorno de ansiedad recibe atención adecuada. Estos datos subrayan la importancia de reconocer los síntomas de la ansiedad y buscar ayuda profesional para su manejo y tratamiento.
Desde una perspectiva científica y clínica, la respuesta a si es posible curarse de esta patología de forma definitiva o si solo es posible aprender a manejarla, no es sencilla. Y es que, depende de múltiples factores, como la causa del trastorno, su duración, la respuesta al tratamiento y el apoyo con el que cuente la persona.
Qué es la ansiedad y qué tipo de trastornos existen
Antes de abordar si la ansiedad se cura o se controla, es necesario entender qué es exactamente. Podemos definir esta patología como un mecanismo natural del sistema nervioso que nos mantiene en estado de alerta frente a posibles amenazas.
El problema surge cuando se vuelve crónica, intensa o desproporcionada respecto a una situación concreta y termina convirtiéndose en un trastorno que afecta a la vida diaria.
Los principales manuales diagnósticos de referencia en salud mental, como son el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la APA) y la CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS), recogen los diferentes tipos de trastornos de ansiedad. Entre ellos destacan:
- Fobias específicas: miedos intensos e irracionales ante objetos o situaciones concretas (como volar, ciertos animales, conducir, etc.).
- Trastorno de pánico: episodios súbitos e inesperados de miedo intenso acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, dificultad para respirar o sensación de desmayo.
Su diferencia con el estrés
Al igual que la depresión suele confundirse con la tristeza, a la ansiedad le ocurre con mismo con el estrés.
El estrés es una respuesta del organismo ante una demanda externa (trabajo, estudios, problemas familiares, etc.). Es una reacción adaptativa que activa el cuerpo y la mente para afrontar desafíos. Cuando el estrés se mantiene en niveles altos durante mucho tiempo, puede generar agotamiento y problemas de salud.
Mientras, la ansiedad es un estado de preocupación y miedo persistente, incluso cuando no hay un peligro inmediato. Puede aparecer sin una causa clara y estar relacionada con pensamientos anticipatorios sobre situaciones futuras.
Además, si el estrés tiene una causa identificable y suele disminuir cuando el problema se resuelve, la ansiedad puede mantenerse también sin un desencadenante claro y generar síntomas físicos y emocionales más intensos.
¿Cuáles son sus causas más habituales?
Para abordar si la ansiedad se cura o se controla, debemos entender sus causas. Y, estas, no pueden reducirse a un solo origen. Este trastorno suele aparecer como resultado de una combinación de diversos factores:
- Factores biológicos: alteraciones en el funcionamiento de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina o la noradrenalina, que influyen en el estado de ánimo y la regulación del estrés.
- Factores psicológicos: patrones de pensamiento negativos o catastrofistas, experiencias traumáticas no resueltas, baja autoestima o dificultad para gestionar la incertidumbre.
- Factores ambientales y sociales: estrés laboral prolongado, conflictos familiares, presión académica o exposición constante a situaciones de alta exigencia o inseguridad.
Síntomas de la ansiedad más destacados
¿Y cómo afecta la ansiedad a la vida diaria? Esta patología no solo impacta a nivel emocional. Su influencia se extiende a distintas áreas de la vida, como el trabajo, los estudios, las relaciones personales y la salud física y mental.
Una ansiedad mantenida en el tiempo puede tener diferentes consecuencias significativas:
- En el ámbito laboral y académico:
- Dificultades para concentrarse y tomar decisiones.
- Pensamientos obsesivos de preocupación y anticipación.
- Sensación de pérdida de control, irritabilidad y cambios de humor frecuentes.
- Descenso del rendimiento, aumento del absentismo y evitación de tareas.
- Riesgo de desarrollar el síndrome de burnout (agotamiento emocional y mental por estrés crónico).
- En las relaciones personales:
- Aislamiento social por miedo o incomodidad ante ciertas situaciones.
- Mayor frecuencia de conflictos interpersonales por la dificultad para gestionar emociones.
- Necesidad constante de validación externa para calmar la inseguridad y la preocupación.
- En la salud física:
- Problemas digestivos: náuseas, diarrea, síndrome del intestino irritable, SIBO…
- Síntomas cardiovasculares: palpitaciones, taquicardia, opresión en el pecho.
- Alteraciones del sueño: insomnio o sueño no reparador.
- Dolores físicos: tensión muscular, cefaleas, bruxismo, dolor de espalda…
- Fatiga crónica persistente, incluso, tras descansar adecuadamente.
- En la salud mental:
- Mayor vulnerabilidad a desarrollar trastornos como la depresión.
- Aparición de trastornos psicosomáticos (síntomas físicos sin causa médica clara).
- Riesgo de abuso de sustancias como forma de escape o automedicación.
En resumen, los efectos de la ansiedad pueden ser tan amplios y profundos que interfieren en casi todos los aspectos de la vida. Por eso, recibir atención psicológica adecuada ayuda a prevenir complicaciones mayores y recuperar el bienestar.
Claves para entender si la ansiedad se cura o se aprende a manejar
Dada su complejidad, los trastornos de ansiedad requieren un enfoque integral para su tratamiento y recuperación. Este abordaje nos lleva a la siguiente cuestión clave: ¿es posible curarla o solo podemos aprender a controlarla?
El concepto de “curación” en ansiedad es complejo. A diferencia de una infección que puede eliminarse con un tratamiento específico, esta patología es una reacción natural del organismo. Por tanto, no se trata de erradicarla por completo, sino de lograr que deje de ser un problema limitante.
Para algunas personas, la ansiedad desaparece completamente, especialmente cuando está vinculada a una situación específica, se interviene de forma temprana modificando patrones de pensamiento y respuesta al estrés o se realizan cambios en el estilo de vida adoptando estrategias de regulación emocional y gestión del estrés con una dieta equilibrada y una rutina de ejercicio físico.
Para otras, puede reaparecer en ciertos momentos de la vida, pero con herramientas adecuadas se logran reducir sus síntomas hasta niveles manejables, que les permiten llevar una vida normal sin interferencias significativas.
Si te interesan estos abordajes, lee nuestro artículo sobre si la depresión, también se cura o controla.
Cómo se maneja la ansiedad: tratamientos eficaces
A la hora de tratar cómo se controla la ansiedad, la evidencia científica señala que la combinación de psicoterapia y, en algunos casos, los tratamientos farmacológicos, ofrece los mejores resultados.
Los fármacos más utilizados en el tratamiento de los trastornos de ansiedad son los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, inhibidores de la recaptación de la serotonina y la noradrenalina, benzodiacepinas, betabloqueantes o anticonvulsivos y antipsicóticos.
En cuanto a la psicoterapia, la terapia cognitivo conductual (TCC) es uno de los abordajes más eficaces para modificar pensamientos automáticos negativos y conductas evitativas.
También han demostrado buenos resultados otras terapias basadas en la evidencia como EMDR, el mindfulness o la terapia de aceptación y compromiso (ACT).
Todas ellas permiten desarrollar habilidades para identificar, gestionar y reducir los síntomas de la ansiedad a corto y largo plazo.
El tratamiento para la ansiedad en Core Psicólogos
Como psicólogos especialistas en ansiedad en Madrid, en CORE sabemos que muchas veces la ansiedad no desaparece del todo, pero sí se puede reducir hasta niveles muy manejables. Nuestro objetivo no es solo aliviar los síntomas, sino ayudarte a recuperar el equilibrio y construir una vida plena y satisfactoria.
Gracias a nuestra especialización en TCC, EMDR y terapias de tercera generación, ofrecemos un tratamiento personalizado, adaptado a cada persona y a su historia. Aplicamos un enfoque integrador, riguroso y humano para que puedas superar el malestar emocional y volver a sentirte tú mismo, con o sin la presencia ocasional de síntomas.
Independientemente de que la ansiedad se cure o no, no tiene por qué condicionar tu vida.
Si sientes que te está superando, buscar ayuda profesional es el primer paso hacia la recuperación.